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Introducción a la manzana.

¿Windows XP o Mac OS X?, ¿iWork o Microsoft Office?. Muchos usuarios se han preguntado en algún momento esas u otras cuestiones similares a la hora de comprarse un nuevo ordenador.
Muchos se han visto influidos por otros usuarios experimentados de productos Apple que, embelesados por la simplicidad del sistema o de las comodidades que éste ofrece, han sucumbido ante los portentos de la multinacional. Muchos de estos usuarios “conquistados”, han visto cumplidas sus expectativas, mientras que otros, desalentados, han visto la compra de su artilugio cupertiniano una auténtica pérdida de tiempo y dinero, en especial de esto último.
La máscara social que envuelve a los productos de Apple, crea en el comprador una idea equivocada del producto en cuestión. El éxito de algunos aparatos como la gama iPod, ha envuelto de alguna manera a sus productos en un halo que sugiere a la sociedad actual un concepto de exclusividad que le otorga un carácter único. Nada más lejos de la realidad.
Un claro ejemplo que nos manifiesta notoriamente la diferencia entre el continente social y el verdadero contenido, su hardware y software.
Es muy simple demostrar cuán grande es la influencia de las marcas en la sociedad de hoy en día. Pueden hacer la prueba: ¿cuál sería la reacción general al mostrar, por ejemplo, un iPhone 4 a su círculo de amigos? ¿Ocurre lo mismo con cualquier otro teléfono móvil? No lo creo.
Aunque otro teléfono tenga unas mejores caracteristicas que el de Apple, este ultimo tendrá siempre un lugar privilegiado entre la sociedad actual. Así es el marketing de Apple, la empresa pone los ingredientes, y la sociedad hace el resto. Secretos de la manzana. O no.

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